Palacio Episcopal

EL PROYECTO

El año 1778 llegó el Obispo, Ilmo. D. Bernardo Antonio Calderón, para administrar el Sacramento de la Confirmación y, por este tiempo, andaba acariciando el proyecto de construir un palacio para la Mitra en Aranda, que sirviese al mismo tiempo para guardar los diezmos del Arciprestazgo.
El solar elegido fue un sitio en las eras de la Resina a la caída del río Arandilla, junto a la casa de Postas. Como en el recinto escogido estaba la ermita de San Roque, el Obispo solicitó a la cofradía la cesión de dicha ermita, dándoles seis mil reales para que con ellos y lo que sacasen de la venta del retablo y demás enseres, hiciesen un nuevo retablo en la parroquia de Santa María y trasladasen al Santo.

EL PALACIO

Su construcción, inspirada en la casa de la Torre de Aranda y en el palacio de los Duques de Lerma, era un eco tardío y modesto del estilo herreriano en su segunda época. Constaba de un cuerpo central compuesto, como todo el edificio, de planta y piso (más tarde se le añadió un tercer cuerpo a la fachada), rematado por un frontón con escudo heráldico del obispo y encuadrado por dos torres con chapitel piramidal y alargado a la derecha e izquierda por dos alas, de las cuales desapareció la derecha en los años de abandono y en su solar fue levantada la iglesia del Corazón de María.
Las obras comenzaron hacia 1781 y en 1784 ya estaría levantado el palacio, pues por entonces el obispo decidió retirarse a esta villa, por ver si experimentaba algún alivio su quebrantada salud, permaneciendo en Aranda hasta Marzo de 1786.
En 1783, para abastecer de agua al palacio, se construyó la fuente y arquilla de Santa Catalina.
En 1786 volvió el obispo a pasar el verano, pero al poco tiempo enfermó y hubo de volver al Burgo de Osma, a donde llegó el 2 de Octubre, ya tan minado en su salud que trece días más tarde falleció.
Le sucedió el Ilmo. D. Fray Joaquín de Eleta, que vino a Aranda a primeros de Octubre de 1788 para hacer la visita pastoral. Reconoció el palacio y dispuso que se arreglase su fábrica para que pudiese servir de hospicio para acoger a los niños expósitos a los siete años y darles cristiana educación y enseñanza, pero no llegó a realizarse su proyecto.
Después de la visita del Sr. Eleta, todavía recibió el palacio las del Ilmo. D. José Constancio de Andino en la primera quincena de Diciembre de 1792 y la del Ilmo. D. Antonio Tavira y Almazán en Junio de 1797.
Durante la Guerra de la Independencia es prácticamente destruido, al usarse como principal acuartelamiento de las tropas francesas en Aranda. El 15 de Junio de 1812 se produce el ataque contra el antiguo palacio Episcopal, donde estaba la guarnición francesa, dirigida por el coronel Couloumy.
En 1830 el obispo Juan Cabia ordena construir unas habitaciones para su uso cuando venga a visitar la Ribera del Duero. Hacia 1835 se incluyó el palacio entre los bienes desamortizados y fue declarado en estado de venta.
En 1845 se instala aquí el primer cuartel de la Guardia Civil en Aranda. Por Reales órdenes dictadas en 1853 y 1856, se destina a cuartel del Batallón Provincial. En 1866 se devuelve el palacio al obispo de Osma.
En 1869, el gobernador civil de Burgos decretó nuevamente la incautación del edificio, y por acuerdo del 29 de Abril de 1871 se puso a disposición del Ayuntamiento para que fuesen trasladados a él los reclusos de la cárcel provincial, con motivo de la epidemia que se había desarrollado en esta prisión.
En 1881 se proyectó su rehabilitación como cuartel militar, a tenor del plano elaborado por el capitán del Cuerpo de Ingenieros D. Saturnino Fernández, obra que no llegó a ejecutarse.
En estos años se desarrolla un largo proceso judicial que enfrenta al Ayuntamiento de Aranda con la Diócesis de Osma, que resolvió el Consejo de Estado en 1883. Finalmente se llega al acuerdo de que el edificio se destine a una congregación que realice algún tipo de labor educativa, social o sanitaria. Tras desechar el proyecto de crear un orfanato, se optó por la oferta de una congregación religiosa de nueva creación: los misioneros Claretianos.
En 1896 fue devuelto a la Mitra del Burgo de Osma, que había sido desposeída por la desamortización, y en 1897 el obispo D. Victoriano Guisasola hizo entrega del mismo, con el solar y huerta adjuntos, a los misioneros del Corazón de María, reservándose la planta principal de palacio para su residencia cuando fuera a hacer la visita pastoral a los arciprestazgos de Roa y Haza.
El 20 de Abril de 1901 se hace la inscripción como Centro de Primera Enseñanza Superior, con la denominación “Colegio Corazón de María”. En 1913 los padres del Corazón de María acogían en su casa y colegio al Consejo Supremo de la Congregación de Misioneros del Corazón de María que, en otoño de este año, pasó a Madrid junto con el padre General de la Congregación.
El 9 de Noviembre de 1955 la comunidad claretiana llega a un acuerdo con la Diócesis de Osma para la adquisición del palacio, dado que hasta ese momento lo disfrutaban únicamente en usufructo. Se trata de la última decisión trascendental de un obispo de Osma en Aranda, ya que el 22 de Noviembre la Ribera del Duero pasa a depender canónicamente de la Archidiócesis de Burgos.

LA PLAZA

En la plaza del Palacio Episcopal, también conocida como de la Feria, se celebraban las ferias de ganado y maderas que, hasta 1845, empezaban el día de la Purísima Concepción y desde ese año el día de San Fernando y el de la Virgen de Septiembre. Había mercados los miércoles y sábados.
El primer nombre del que se tiene noticia de esta plaza es el de las Eras de la Resina, probablemente por depositarse aquí la resina que se explotaba en los pinares cercanos.
En esta misma ubicación, el 10 de Febrero de 1701, con motivo de la visita del Rey Felipe V, se celebró una fiesta de toros nocturna a la luz de las antorchas. Posteriormente, este espacio debió acoger la plaza de toros portátil para celebrar las corridas de toros durante las fiestas.
Se ha conocido también por plaza del Palacio del Obispo, porque en el año 1784 el obispado de Osma decidió construir aquí un edificio que sirviera de residencia al obispo. Tras su degradación en la francesada de 1808 y su venta en la desamortización de Mendizábal de 1835, el palacio fue entregado a la congregación de Misioneros del Corazón de María en el año 1897. Los misioneros construyeron una nueva iglesia que fue inaugurada el 14 de Julio de 1901 y derribada en 1971.
A principios del siglo XX se la denominó Plaza de Primo de Rivera, en honor al Capitán General de Burgos. En marzo de 1932 fue cambiado por el de la Libertad, recuperando otra vez el de Primo de Rivera el 25 de Julio de 1937. La construcción del monumento a D. Diego Arias de Miranda (hacia 1930), proyecto que iba acompañado del trazado de los primeros jardines de Aranda, dieron origen al actual nombre: Plaza de los Jardines de Don Diego