Iglesia San Esteban

SU FÁBRICA

Es una iglesia de estilo gótico con posteriores añadidos, originariamente de tres naves, que se halla junto a la muralla y puerta de ésta que recibió el nombre del santo protomártir.
La torre de la iglesia aparece claramente fortificada, con saeteras, muros de gran grosor y una ventana ojival. También es apuntada la bóveda que cubre el cuerpo interior bajo el campanario, al que se accede por angosta escalera de piedra. Sin duda formaba parte del sistema defensivo de la villa.
San Esteban tuvo seis campanas, aunque no necesariamente simultáneas: al norte, en una especie de espadaña de piedra se situaban las dos mayores, fundidas en la segunda mitad del siglo XVII. En los lados este y sur tuvo otros dos pares, conservándose aquellas (fundidas en la primera mitad del siglo XX) y habiendo sido tapiados estos últimos vanos. Finalmente, al oeste, se muestra una pequeña ventana.
La portada, situada al norte, es adintelada, con molduras. Lleva sobre el dintel una hornacina con escultura de San Esteban, a quien falta la cabeza. Encima de éste va una cornisa sobre impostas, con la inscripción: “Hizo esta obra de limosna Roa y su tierra. Año 1611”.

EL INTERIOR

En el interior la nave principal se extiende desde el ábside, rectangular y liso, hasta el coro, por el que se accede al interior de la torre. El altar mayor es barroco y reúne diversos santos procedentes, en su mayoría, de la desaparecido iglesia de Trinidad. El coro se conserva tal como fue reformado en 1794, aunque ya no cuenta con las cabezas de angelitos que, se dice, tenía como adorno. Bajo el balcón, en uno de los maderos longitudinales que lo sustentan se lee: “Esta obra se hizo siendo mayordomo Miguel Mahamud”.
La nave de su derecha es la del Stmo. Cristo de San Esteban, desde la capilla y retablo de su nombre hasta el bautisterio. Dicho retablo es barroco, fue montado hacia 1725 y alberga el milagroso Cristo de San Esteban, talla del segundo tercio del siglo XIV. Su aspecto no es tan doloroso como imágenes anteriores, aunque siguen predominando las líneas curvas.
La pila bautismal de San Esteban es de gran tamaño, renacentista, pero sin decoración alguna. En 1992 fue sustituida por la de Trinidad, que se hallaba depositada al lado. El bautisterio, en fin, comunicaba con la Casa de la Cruz, donde se reunía dicha cofradía y donde vivía el sacristán de la parroquia.
La tercera nave se hallaba al sur, es decir, caía al camino del Palacio. El muro exterior de este lado se hundió en julio de 1915. Afortunadamente, a iniciativa del coadjutor D. Juan Romero, se reparó dos años más tarde (básicamente, con 1.000 reales de las limosnas de Trinidad y con fondos de la cofradía de la Vera Cruz), cerrándose esta nave hundida.

LA PARROQUIA

Esta parroquia nunca acogió a más de 25 ó 30 vecinos. Sirvió como tal hasta el 21 de septiembre de 1842, en que fue agregada a Santa María, aunque conservando cura y libros propios. Finalmente fue suprimida por la curia del obispado.
Esta iglesia también es conocida popularmente como "Iglesia de los Judíos " por ser en la misma donde se guardan los pasos procesionales de Semana Santa y más concretamente la imagen de los judíos azotando a Jesucristo durante el vía crucis. La imaginería que se encuentra allí es la típica castellana de madera policromada y rasgos sobrios.

PUERTA DE SAN ESTEBAN Y CALZADA ROMANA-MEDIEVAL

Situada al sudeste, a 200 metros del Castillo y Palacio Real y a 430 de la Puerta de San Miguel, se hallaba junto a la pequeña parroquia del mismo nombre, también pegada a la muralla.
Esta puerta y arco fue de las últimas en ser desmanteladas, con el manido pretexto de su mal estado, en 1891.
De esta puerta bajaba hasta el puente una calzada “romana” que, en parte, se conserva aún. Por su aspecto parece una calzada medieval pero sus márgenes sugieren, sin embargo, una primitiva obra romana. La explicación más coherente es que era romana de lo que existen escritos y en la Edad Media fue reformada perdiendo así sus característicos rasgos que perduran en las orillas.
Primitivamente, entre el siglo III y IV a. C. es donde se comienza a hablar de este itinerario que iría desde Astúrica (Astorga) hasta Cesaraugusta (Zaragoza). La situación de Rauda, en el itinerario estaba en el tramo que iba de Astorga a Clunia.