Interior Iglesia

EL INTERIOR HOY

Terminadas las grandes reformas constructivas, los esfuerzos de los artistas se dedicaron a la ornamentación del templo con cuadros e imágenes que se colocan en los retablos y constituyen verdaderos tesoros del pasado.
El más antiguo es una hermosa imagen románica de la Virgen de los Valles tallada en el siglo XII que preside un dorado retablo barroco del siglo XVIII, traído en 1841 del convento desamortizado de los Carmelitas Calzados y ubicado en el crucero.
Así mismo, el retablo alberga dos imágenes más recientes: una de un sencillo y casi infantil Obispo San Martín y otra de San Juan Bautista.
Destaca por su singularidad un Cristo desclavado que es la imagen de mayor valor artístico, pues se trata de una talla gótica que está considerada como una de las más notables de todas las de su época que se conservan en la provincia de Burgos.
Preside el retablo barroco sin dorar de la capilla gótica denominada del Cristo junto a una Dolorosa. Completan el espacio un cuadro de la Asunción y una Virgen con el Niño Jesús.
Al otro lado de la nave está el Altar de la Virgen el Carmen, patrona de la Villa, venerada con fervor por el pueblo desde el siglo XIX, cuyo retablo con su imagen perteneció al Convento de Santa María de los Valles. En esta capilla hay dos tallas en madera más: San José con el Niño y San Roque.
Mirando hacia el presbiterio se observan tres dorados retablos neoclásicos el siglo XVII: el Mayor y otros dos gemelos colocados en ambas alas del crucero, dedicados a San Vicente Mártir y San Andrés, el de la izquierda y a la Virgen y a Santa Teresa de Jesús, el de la derecha. La imagen de esta santa carmelita descalza también vino del Convento de los Valles.
En el centro del retablo Mayor, a caballo y partiendo su capa con el pobre, destaca San Martín, titular de la iglesia y patrono del pueblo. Más arriba se representa el misterio de la Asunción de Nuestra Señora.
En torno a estas imágenes centrales hay cuatro espléndidos lienzos: San Pedro, San Pablo, el martirio de San Juan Bautista y San José. Este grupo, enmarcado en cuatro columnas neoclásicas, llena el cuerpo central del retablo. Coronando el conjunto y rompiendo el frontón triangular, un Cristo en el Calvario. En lo más alto, sobre frontón curvo, una corona radiante con el símbolo de la Trinidad.
La predela está formada por cuatro pedestales bajo las basas de las columnas adosadas y tres huecos, conteniendo esta parte del retablo gran simbolismo de imágenes. El hueco central alberga el Sagrario y los dos laterales escenas de la Anunciación del Ángel a la Virgen y el Nacimiento con la Adoración de los Pastores.
Los pedestales, en sus tres caras, contienen imágenes esculpidas de los doce Apóstoles con un distintivo alusivo a su forma de muerte por el Evangelio.
Existen otras tallas como: una imagen de San Nicolás ubicada en el coro, la de San Isidro Labrador frente a la entrada y en la parte superior del pórtico otra imagen sin policromar de San Martín a caballo.