IGLESIA DE SAN MARTÍN OBISPO

EL PROYECTO RENACENTISTA

Distintos caracteres presenta la Iglesia de Torresandino, en la que Juan de la Puente comenzó a trabajar con la intención de sustituir el templo anterior gótico del Siglo XIII de una sola nave, por una nueva edificación, proyecto que sólo llevó a cabo en la cabecera a la que quedó yuxtapuesta la nave primaria con el resultado que actualmente ofrece el edificio de acusado contraste entre ambas partes.
Los manifiestos enganches externos de la nueva fábrica a que da lugar, dejan constancia de que su objetivo era envolver y reemplazar la antigua construcción.
El ábside original que resistió la primera reforma, desaparece por completo a finales del siglo XVI y se abre paso al amplio espacio de un crucero majestuoso encabezado por un grandioso presbiterio en estilo renacentista.
En la cabecera, Juan de Puente insistió en el concepto de espacio único empleado por su maestro Juan de Vallejo (cuyo mejor ejemplo lo encontramos en la ex colegiata de Peñaranda de Duero), pero modificando los elementos de la cubierta con una gran cúpula rebajada y ampliando el concepto de ámbito único, hasta llegar a una planta de cruz griega mediante el tratamiento de los espacios en los dos ejes, en los que estableció una clara diferencia mediante el tipo de cubierta.
Así queda subrayado como dominante el eje longitudinal al cubrir el ábside con una gran bóveda en forma de venera, que repite en el lado opuesto (que quedó sin concluir en su parte inferior), en tanto que los espacios laterales, de menor desarrollo que el ábside, se cubren con bóvedas de cañón que, como la cúpula central, se decoran con molduras geométricas.
El resultado final es un edificio de planta de cruz latina, con doble crucero, uno nuevo de estilo renacentista y otro antiguo románico-gótico compuesto por dos capillas laterales: una románica para la Virgen del Carmen, iluminada por un tragaluz circular y enfrente la gótica o del Cristo, en la que se abre una hermosa ventana geminada.